PATAPO: RELATOS DE UNA MANERA DE VIVIR; QUE EL TIEMPO NO DEBE OLVIDAR. (3).

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Vamos a la fila de la Leche, el camote, la yuca, las naranjas, el bono…..

En Pátapo, en nuestro Pátapo, los trabajadores, recibían como parte de su remuneración, prestaciones como el llamado “Bono” de subsistencias con lo que garantizaban una buena parte de su alimentación y la de sus familias. El “Bono”, consistía en que los sábados ó lunes se recibiera: 3 cuarterones de arroz, 01 ½ cuarterón de Azúcar; 01 Litro de Aceite; 01 Libra de Café y un Paquete de Chocolate Mayascong; al tiempo que lunes y viernes pescado; martes y jueves Carne de Res, y los otros días; Huevos, Portola o atún. Lo que se complementaba con Leche, camote o Yuca. Es decir, gran parte de los alimentos estaban resueltos. Lo que aportaba a la nutrición de los que trabajaban, así como de sus familias.

Lo importante de esto, no sólo tiene que ver con la nutrición. Que por lo demás, en Pátapo se comía muy bien y sabroso. Tuvo que ver más bien con espacios de convivencia, conversación y compartir, al tiempo que aprender del contacto con los mayores.

Creo que las llamadas filas en “subsistencias, al frente de la oficina; la fila de “la Leche”, en “el Camal”, frente a la gallera o “en el mercado” se constituían en espacios en el que compartían ancianos, niños y jóvenes. Lo que hacía de esto un espacio para el juego y para quienes querían en un espacio de aprendizaje y a veces de carreras y pequeñas peleas, por alcanzar los primero lugares, todas ellas, ciertamente de aprendizaje, para los jóvenes como nosotros. Personajes como la yabaquina ó mi querida y siempre presente y recordada Carmen Romero o los Vigilantes, daban una nota pintoresca y de orden y respeto a estos espacios

Recuerdo, como si fuera hoy, las largas conversaciones con Don Simeón Estela ó con Mi Tío Pedro Gavelán, el primero, nos narraba la historia de los pilares y el segundo las historias de la Línea del tren y algunos otros trabajos que desempeñara en su vida productiva.

Compartir con los mayores era un deleite, porque aprendías de la Historia de Pátapo, de cómo se construyó y administró el ingenio y la fábrica de personajes emblemáticos como el Señor Carpio y Mi Abuelo Don José Romero Pantoja, a la sazón, mayordomos generales de campo y de Mi tío Eugenio Estela, Jefe de Torno. Sin dejar de recorrer historias más recientes como la trayectoria de los Ingenieros Ghilardi y Gilberto Larrea, uno de los mejores tecnólogos azucareros del Perú, ó los mecánicos en la maestranza; como el maestro Zapata ó Choferes como el maestro Dávila “Caldo de Pato” a quiénes les había pasado anécdotas en su devenir de lo más sugerentes y jocosas.

 

En suma ir a la fila de la Leche, el camote, las naranjas, el bono….., era una experiencia notable, de relación entre Grandes y Chicos, de aprendizaje, de Gozo y a veces de sinsabores. Pero muy intensa. Otra parte de las vivencias de nuestro querido Pátapo.

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